domingo, diciembre 11, 2005

Oaxaca

Para Teresita,
quien votó hoy en Santiago

Ayer, sábado 10 de diciembre de 2005, al medio día, por la calle La Alianza, cruzo la calzada de La Republica, ésta está sobrepuesta sobre el río Jalatlaco, que fue entubado, va serpenteando, como iba el río, a sus lados minúsculos jardines y plazoletas, en ellas treinta y dos estatuas de próceres, mismas que fueron donadas por cada una de la Entidades Federativas que conforman La Republica. Sigo por la calle de Los libres, cuadras mas adelante la calle se estrecha, permanecen apostados frente al diario Noticias un grupo de personas, una disputa que dicen es laboral.

Llego a la calle Morelos, doy vuelta a la derecha y me incorporo a su circulación. Pasando la calle Reforma, entro a un estacionamiento. El encargado me advierte: Cerramos a las tres, yo le pregunto ¿de la mañana?, no, me contesta, de la tarde, nos vamos a comer y regresamos a las seis. Estamos en la provincia.

Camino por Morelos y doy la vuelta a la izquierda en Cinco de Mayo, en la esquina con Independencia contemplo el teatro Macedonio Alcalá, sigo caminando hasta la esquina con Guerrero, doy vuelta a la derecha, llego al Zócalo, el ombligo de Oaxaca, quizá el ombligo del mundo.

El Zócalo está rojo, me hace recordar aquel que dio título al libro de Miguel Ángel Granados Chapa en 1982, pero no es, no es el Zócalo de la ciudad de México del sábado 19 de junio de aquel año. El Zócalo de Oaxaca está rojo porqué sus jardineras están cubiertas de Nochebuenas, estas flores mexicanas que distinguen nuestras navidades. Contemplo el rojo.

Sigo caminando, ahora la calle cambia de nombre a Valerio Trujano, en un estanquillo de diarios y revistas compro el ejemplar de Nexos de diciembre, el tema es La Izquierda o Las Izquierdas. Sigo caminando, ya no están los billares Victoria, donde alguna vez vi aparecer en la pantalla televisiva a Patricia Reyes Spíndola y Claudio Obregón, teniendo como fondo musical La Internacional, eran ella y él los rostros de los comunistas mexicanos que debutaban en la política mexicana para participar en la primera elección, estrenando su registro electoral.

Llego a la esquina, doy vuelta, a la izquierda, camino ahora por 20 de Noviembre. Delante de mí va una chica con una larga cabellera, su cabellera intensamente negra, tan negra como larga, contemplo su cabellera. Llego a la puerta de la cantina La Farola, entro.

En La Farola, pregunto por un buen mezcal, me ofrece el cantinero, que prefiere que le llamen barman, uno de la casa, Tobalá. Me sirve el mezcal, acompañado de pequeñas rebanadas de naranja y sal de gusano. Esta cantina fue establecida en 1916. En sus paredes se da cuenta de ello. En un muro se hace referencia que en este sitio se inspiró Malcolm Lowry para el sitio El Farolito que menciona en su novela Bajo el volcán. En otro muro, de la segunda planta, se puede leer: Quien bien bebe, bien duerme / y quien bien duerme, bien piensa / y quien bien piensa, bien trabaja / y el que bien trabaja, ¡DEBE BEBER BIEN! Salgo y me encuentro con una familia –Tentori-, son turistas que viene de Ensenada, Baja California, me preguntan si pueden entrar, les digo que creo que si, el cantinero –barman- les permite el paso.

Camino por 20 de Noviembre, doy vuelta a la izquierda por Las Casas (calle llamada así en honor del fraile Bartolomé de las Casas), luego otra vez a la izquierda por Flores Magón, luego el Portal de Flores, luego García Vigil. Me encuentro con una chica, Rosario, que vende fotografías antiguas, me permite verlas, compro tres, dos de 1875 del Zócalo y otra de 1940 de un mercado, un tianguis.

Antes de llegar a la esquina una policía, Griselda, me detiene, no me permite seguir, me dice que es por mi seguridad. Mas adelante, tres filas de policías resguardan el paso de una marcha, una manifestación. Termina el paso de los marchistas. Podemos pasar.

Sigo caminando por García Vigil, llego hasta el costado de la Iglesia del Carmen Alto. En la plaza que esta al lado de la iglesia hay una exposición de apicultores, venden mieles. Compro tres frascos de miel, uno de Reyes Mantecón, otro de Putla y otro de Ixtlan, el encargado de la venta de la miel de Ixtlán me muestra orgullos su certificado de producto orgánico.

Atravieso la plaza, llego a la calle Alcalá. Contemplo el majestoso templo de Santo Domingo de Guzmán. En la esquina que limita el atrio con la calle esta la placa que nos recuerda que Oaxaca es patrimonio de la humanidad.

Entro en la Plaza Santo Domingo que esta en contra esquina del templo. En la cafetería restaurante pido el menú del día: Sopa de ejotes, rebanadas de pierna de cerdo al horno en salsa de champiñones, agua de melón y pastel de limón. Delicioso.

Salgo de la plaza y llego a otra, ahora la Plaza Labastida. La plaza de los pintores, busco a mi amigo Armenta, no está, si están sus acuarelas. Tomo una del templo de Santo Domingo y la pago a su compañero.

Sigo caminando por la plaza hasta la esquina. Doy vuelta a la derecha en Cinco de Mayo. Paso frente al exconvento de Santa Catalina de Siena, ahora convertido en hotel.

Llego a Morelos, camino media cuadra y llego al estacionamiento. Abordo el vehiculo y salgo. Volveré otro día a caminar por esta ciudad colonial.
Oaxaca de Juárez. Patrimonio cultural de la humanidad.

1 comentario:

tere quezada g. dijo...

Gracias por la dedicatoria.
Ayer estuvo fuerte. No es fácil ser liberal en latinoamérica en general, yo soy y es defícil escoger un candidato y además ver que no va a ganar. De todas maneras me divierte lo vertiginoso de la democracia.
Mi candidato es Piñera, pasó a la segunda vuelta, pero veo difícil que game. La fé es lo último que se pierde.
Saludos