sábado, diciembre 24, 2005


Noche de rábanos

Caminando vamos acercándonos al Zócalo de Oaxaca, su plaza central. Varias cuadras están llenas de personas en filas para poder llegar al Zócalo. Nos abrimos paso. Conseguimos una mesa en uno de los cafés del Portal de Mercaderes. Vemos a la multitud que se ha congregado a ver el espectáculo que es la exposición de rábanos. Estamos en la noche de rábanos, la fiesta que se ha efectuado desde 1897 el 23 de diciembre, como hoy. Somos parte de esa multitud.

Como salimos de la ciudad de México sin comer, para avanzar en la carretera que habíamos pronosticado estaría lentísima en algunos tramos, pedimos de comer. Nos traen lo que pedimos, lo ingerimos rápidamente y nos levantamos a ver la exposición de rábanos.

Para poder ver de cerca la exposición había que hacer una larga fila. Vemos la exposición de lejos. En ese intento de ver estamos cuando empieza el espectáculo de los fuegos pirotécnicos. La pólvora convertida en luces de colores. Luces de colores que rotan cual rehiletes en un castillo en el que se enciende la leyenda Noche de Rábanos. El espectáculo de luces continúa, de la Catedral cae una cascada que ilumina el majestuoso edificio. Luego suben al cielo otras luces que se expanden y descienden multiplicadas, cubren el cielo de colores. Es una fiesta de luces y colores. Después de que la fiesta ha llegado a su clímax, nos retiramos, en nuestra caminata vemos que la fila de personas para ver la exposición continúa. La fiesta continúa. Nosotros nos vamos a otra fiesta. Vamos a una posada.

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