viernes, noviembre 30, 2007

Ciudad de México


En esta semana estuve algunos días en la inmensa ciudad de México. No deja de sorprenderme. Sigue cambiando y es la misma. Sus construcciones de finales del siglo XIX y principios del XX están siendo transformadas. Así, una fachada minimalista hace marco a una de piedras labradas.

Sus grandes edificios, moles de acero, concreto y cristal, son magníficos miradores hacia la ciudad. El sur con sus edificaciones altas marcan la trayecotria del la avenida Insurgentes que recorre desde el norte la metropoli. Hacia el norte hay menos visibilidad por la contaminación suspendida.

La ciudad se retrata a si misma. En el Paseo de la Reforma permanece una exposición de calaveras, enormes reproducciones de craneos decorados. Hay otras esculturas, una de ella permite observar la ciudad de cabeza. La ciudad sigue viviendo.

El Ángel en la cuspide de la Columna de la Independencia sigue su vigilia permanente.