sábado, diciembre 03, 2005

En Morelia y de allí a la ciudad de México y a Xalapa

Los dos primeros días del último mes de 2005 estamos en Morelia. El trabajo absorbe la mayor parte de nuestro tiempo. Desayuno en el hotel, traslado a las sesiones de trabajo, a pocos metros del hotel, comida en el mismo hotel el jueves 1 y el viernes 2 en un salón contiguo al de las sesiones de trabajo.

La cena del jueves 1 es destacable. Vamos de nuevo a Las Lupitas II. En el preámbulo conversamos, Jesús, un colega de Morelia, que resulta ser el tío de otro colega, y yo, la conversación es sobre tópicos de la trabajo y de las mudanzas que hay que vivir. Acompañamos la conversación con un tequila. Nos traen los primeros platillos: Enchiladas morelianas, seguimos con sopes y pruebo un delicioso huchepo –tamal de elote, dulce, cubierto de crema-. Otros tequilas. Nos despedimos de los que todavía siguen cenando y nos retiramos al hotel. En la televisión veo y oigo una única noticia: Sergio Pitol recibirá el Premio Cervantes de Literatura. No veo más y reanudo la lectura de Luna llena en las rocas. Me duermo.


En el receso del trabajo del viernes por la mañana, converso con la colega que conduce el evento, Alicia, nos reconocemos como paisanos. Hablamos de la conservación de la lengua zapoteca, de la hermosa vestimenta de nuestras paisanas. Le platico que en la primera semana de octubre de este año fui a la costa del pacífico y comí pescado y mariscos en Tehuantepec, después de veintitantos años de no ir por alla. Interrumpimos la conversación, el trabajo nos reclama.

Al terminar la sesión de trabajo del viernes 2, 6:15 de la tarde, salimos de regreso, Octavio maneja el auto. Salimos de Morelia, intento dormir y lo logro, me despierto al llegar a la caseta de cobro de la autopista. Al lado de la carretera el lago. Se termina la autopista e inicia un tramo carretero de solo dos carriles. Pasamos Atlacomulco, la carretera se amplia a cuatro carriles. En Toluca tenemos que circular en sig-sag para poder tomar la autopista, pasamos la ciudad. Vamos ascendiendo por la autopista en medio del bosque, pasamos La Marqueza. Llegamos a la caseta, son las 10 de la noche. Un camión obstruye el acceso en nuestro carril, lo libramos y pasamos. Llegamos a la ciudad de México, pasamos Santa Fe, grandes edificios de acero, concreto, aluminio y vidrio. Por Constituyentes y el Circuito interior llegamos a guardar el auto, nos despedimos de Jesús. Abordamos un taxi para dirigirnos a casa. Desciendo enfrente del edificio donde vivo, Octavio sigue en el taxi.

Dejo mi maleta en el departamento, con mi mochila abordo mi vehiculo. Por el Viaducto vamos hacia la salida de la ciudad, llegamos a la Avenida Zaragoza. El tráfico de normal se hace lento, luego lentísimo, se detiene. Es insólito, a la media noche esta inmensa ciudad tiene un embotellamiento en la salida hacia el oriente. Salimos de la ciudad, es la media noche, por el radio escuchamos el Himno Nacional.

Avanzamos por la autopista. Trailers. Trafico intenso a la media noche. Trailers. Pasamos Puebla. Trailers. Salimos de la autopista en Acatzingo, tráfico escaso, rebasamos sin dificultad a los pocos autos y camiones que vamos alcanzando. Trailers.

Pasamos la caseta del libramiento de Perote a las 3 de la mañana. El descenso es rápido. No hay niebla. Trailers. Llegamos a Xalapa a las 3:45. Primer semáforo en verde, segundo semáforo en verde, tercer semáforo en verde, cuarto semáforo en rojo. Nos detenemos, estamos en Xalapa.

1 comentario:

tere quezada g. dijo...

Siempre fino.
Recuerdo Morelia. Cuando en clases de historia universal, a los 16, mi profesora, una mujer que venía de una familia aristócrata y muy culta era medio hippie y nos ponía a ver películas.
Zapata. Ahí entendí. Con Marlon Brando nació mi idea de ser actriz. El camaleon, se cualquier cosa, lo que yo quiera , un día esto y otro día otra.
Luego el Acorasado de Potemkin, El Gabinete del Dr. Caligari, Lawrence de Arabia y tantas otras.
La memoria se parece a viajar.
Gracias