lunes, noviembre 21, 2005
sábado, noviembre 19, 2005
De Puebla a Xalapa
Ayer a las tres de la tarde salí de Puebla, después de dos jornadas de intenso trabajo. Dejé el intenso tráfico de la ciudad, me incorpore a la autopista con tráfico también intenso, voy aumentando la velocidad. Después de pasar la caseta de Amozoc, la vía está despejada, más velocidad, voy a ciento cuarenta kilómetros por hora, cedo el paso a otros vehículos que van más rápido. En Acatzingo, salgo de la autopista y tomo la carretera a Xalapa.
Paso El Seco, Zacatepec, Zalayeta, Alchichica. Termina Puebla, principia Veracruz. Paso Totalco, tomo el libramiento de Perote. Después de la caseta de cobro, la niebla. Más niebla, ahora el paisaje es sólo la niebla.
El descenso por la carretera va cruzando el bosque, El bosque cubierto por la niebla, sólo veo algunos de los árboles aledaños a la carretera. Voy en medio de la niebla. Se hace una larga fila de vehículos, algunos, rebasan intrépidamente. Avanzamos en fila en medio de la niebla. Una pareja de policías federales haciendo su trabajo, detienen a los que están rebasando en curvas. Seguimos avanzando despacio.
Finalmente, salimos de la niebla. Vamos en fila arribando a Xalapa. La llovizna ligera, el chipi chipi. Estoy en Xalapa. Me dirijo a tomar mi clase. Son las seis de la tarde. Llego a mi centro de estudios. Me estaciono. Desciendo del vehículo. Tomo mi mochila con mi notebbok y avanzo al lugar de la clase. Fin del viaje.
Ayer a las tres de la tarde salí de Puebla, después de dos jornadas de intenso trabajo. Dejé el intenso tráfico de la ciudad, me incorpore a la autopista con tráfico también intenso, voy aumentando la velocidad. Después de pasar la caseta de Amozoc, la vía está despejada, más velocidad, voy a ciento cuarenta kilómetros por hora, cedo el paso a otros vehículos que van más rápido. En Acatzingo, salgo de la autopista y tomo la carretera a Xalapa.
Paso El Seco, Zacatepec, Zalayeta, Alchichica. Termina Puebla, principia Veracruz. Paso Totalco, tomo el libramiento de Perote. Después de la caseta de cobro, la niebla. Más niebla, ahora el paisaje es sólo la niebla.
El descenso por la carretera va cruzando el bosque, El bosque cubierto por la niebla, sólo veo algunos de los árboles aledaños a la carretera. Voy en medio de la niebla. Se hace una larga fila de vehículos, algunos, rebasan intrépidamente. Avanzamos en fila en medio de la niebla. Una pareja de policías federales haciendo su trabajo, detienen a los que están rebasando en curvas. Seguimos avanzando despacio.
Finalmente, salimos de la niebla. Vamos en fila arribando a Xalapa. La llovizna ligera, el chipi chipi. Estoy en Xalapa. Me dirijo a tomar mi clase. Son las seis de la tarde. Llego a mi centro de estudios. Me estaciono. Desciendo del vehículo. Tomo mi mochila con mi notebbok y avanzo al lugar de la clase. Fin del viaje.
jueves, noviembre 17, 2005

Comida poblana
A las cuatro y cuarto de la tarde tomamos un receso para ir a comer. Nos vamos caminando, pasamos enfrente del auditorio Julio Glokner (aquí un liga a un texto de Elena Poniatowska en el que refiere el libro Los volcanes sagrados de Julio Glokner) de la Universidad Autónoma de Puebla, vamos Lucio, nuestro anfitrión, Víctor Manuel, quien tiene pocos meses de trabajar en Puebla, esta casi recién llegado de Veracruz. En otro grupo van Jesús, Rubiel, Alfonso, Víctor, Juan David, Antonio y Juan José.
Llegamos al restaurante de comida típica Mi viejo pueblito. Nos sentamos y esperamos con cierta impaciencia. Primero una tanda de cervezas y refrescos. Yo pido una sol obscura, la persona que nos atiende regresa y me dice que las soles obscuras no están frías y me pregunta si la quiero en un vaso con hielo –una cerveza en las rocas-, le pido que no me la traiga, que se la cambio por una sol clara. Pedimos los platillos. A Victor Manuel le falta un tenedor que pide al mesero, no se lo trae, se levanta y va a conseguirlo. A Jesús no le traen su platillo, después de algún rato sólo le piden disculpas y le traen otro plato que el se come apresurado. Le pregunto al mesero sobre algún postre poblano típico, me dice que camote pero no me lo puede traer, me ofrece un flan especial, de la casa, no me lo trae. Pedimos la cuenta. Pagamos. Vemos pasar a la gerente del lugar, le comentamos, a manera de retroalimentación los faltantes de la comida. Le comento que es la segunda vez que estoy en su restaurante y que había vuelto por el delicioso mole.
A manera de postre, después de regresar a la sala de trabajo, leo los mensajes en mi buzón personal. Ya he recibido la respuesta a mi respuesta sobre el origen y significado de mi nombre. En la mañana al recibir la pregunta me reí y conteste, ahora vuelvo a reírme. Aquí está:
Fecha:
Thu, 17 Nov 2005 22:14:29 +0000 (GMT)
De:
"sidnei conceição dos santos"
Asunto:
Re: Pregunta: Cual la origen de su nombre
A:
"Eleonaí Rivera" eleonairh@yahoo.com.mx
Mio Dios!! Perdón Eleonaí. Yo creer que usted mujer, mil perdones!!!!
Muchas gracias por las informaciónes.
Creo - Dios quem mi conducir hasta usted - para yo entender sobre este nombre que non mi saca de la cabeza.
Soy brasileño, de Porto Alegre, sur del Brasil.
Placer conocer usted, mucho placer.
Felicidad!!!
Observación: La foto és de mi amigo del alma João. Pero en breve envío una mia.
Eleonaí Rivera
Hola Sidnei:
Atendiendo tus preguntas:
Mi nombre es de origen biblico. De la biblia, del antiguo testamento, del libro de Esdras. Era él, Eleonaí, un judio pecador. Yo tambien soy pecador.
Uno de mis tíos, que es pastor de una iglesia protestante, me ha dicho que mi nombre significa: El que mira hacia Dios.,
La foto te la debo.
Que estes bien.
P. D.
No te procupes, en otras ocasiones me han confudido de genero. Soy varón.
Sidnei Conceição dos Santos
Querida Eleonai, Quiero conocer, entender, la origen, significaíon de su nombre - Eleonai. Soi un hombre espiritual que investiga, busca, entender la razón porque este nombre non sai de mía cabeza. A mui tiempo busco en la internet y libros la respuesta, solucíon a mí pregunta, cuestionacíon, sobre el entido, significacíon edeste nombre - Eleonai. Escusas por mim malo español. Se tener possibiladad enviar tu foto. Gracias. Bienaventuranza.
De la ciudad de México a Puebla
Salí del departamento donde vivo a las siete y veinte de la mañana, llegue al Viaducto, luego a la Avenida Zaragoza, el tráfico a buena velocidad, setenta u ochenta kilómetros por hora. A las ocho crucé la primera caseta de la autopista. El sol de frente. El paisaje verde. A la derecha los volcanes en su eterno idilio. Manejar el vehiculo en medio del paisaje verde, del verde bosque, me agrada, me tranquiliza.
Por el radio escucho los comentarios de los locutores, solo uno de los personajes entrevistados aporta datos sobre el tema de fondo en la disputa verbal de los presidentes Fox y Chávez. Dijo el entrevistado que más del setenta por ciento de los mexicanos no ve beneficios en el establecimiento del libre comercio, esa misma mayoría no ve beneficio de la relación comercial con Estados Unidos.
Recibo un mensaje en mi teléfono portátil de mis colegas de Puebla, llego a la caseta de San Martín Texmelucan. Intento llamar por el celular sin éxito. La frecuencia radiofónica de la ciudad de México la voy perdiendo. Cambio a una estación de radio de Puebla. Problemas cotidianos. Que en la esquina de la tal poniente con otra calle ya no está la tapa de la alcantarilla. Llego a Puebla. Que hubo un fuerte accidente de transito y falleció una persona. Escucho una sirena, veo por el espejo retrovisor una ambulancia, no hay vehículos que vayan a cruzar, me paso con rojo en el semáforo, me hago a la derecha, pasa la ambulancia, me incorporo al carril. Llego a las oficinas de la empresa en que trabajo.
Después del breve saludo, mientras comentamos la logística del trabajo de estos dos días, conecto y enciendo mi notebook. Ya estamos de nuevo en el trabajo.
Salí del departamento donde vivo a las siete y veinte de la mañana, llegue al Viaducto, luego a la Avenida Zaragoza, el tráfico a buena velocidad, setenta u ochenta kilómetros por hora. A las ocho crucé la primera caseta de la autopista. El sol de frente. El paisaje verde. A la derecha los volcanes en su eterno idilio. Manejar el vehiculo en medio del paisaje verde, del verde bosque, me agrada, me tranquiliza.
Por el radio escucho los comentarios de los locutores, solo uno de los personajes entrevistados aporta datos sobre el tema de fondo en la disputa verbal de los presidentes Fox y Chávez. Dijo el entrevistado que más del setenta por ciento de los mexicanos no ve beneficios en el establecimiento del libre comercio, esa misma mayoría no ve beneficio de la relación comercial con Estados Unidos.
Recibo un mensaje en mi teléfono portátil de mis colegas de Puebla, llego a la caseta de San Martín Texmelucan. Intento llamar por el celular sin éxito. La frecuencia radiofónica de la ciudad de México la voy perdiendo. Cambio a una estación de radio de Puebla. Problemas cotidianos. Que en la esquina de la tal poniente con otra calle ya no está la tapa de la alcantarilla. Llego a Puebla. Que hubo un fuerte accidente de transito y falleció una persona. Escucho una sirena, veo por el espejo retrovisor una ambulancia, no hay vehículos que vayan a cruzar, me paso con rojo en el semáforo, me hago a la derecha, pasa la ambulancia, me incorporo al carril. Llego a las oficinas de la empresa en que trabajo.
Después del breve saludo, mientras comentamos la logística del trabajo de estos dos días, conecto y enciendo mi notebook. Ya estamos de nuevo en el trabajo.
lunes, noviembre 14, 2005
viernes, noviembre 11, 2005
De la ciudad de México a Xalapa
Ayer a las tres y media de la tarde, salí del trabajo, cruce el Paseo de la Reforma por el pasaje subterráneo, en la estación Chapultepec abordé el Metro, hasta la estación Zapata. Luego en un microbús llegué a dos cuadras de donde vivo, caminé y subí mi equipaje al vehículo. Equipaje es una exageración, mi mochila con mi notebook, otros artículos para el viaje y abordamos. Salimos al Viaducto hasta Zaragoza y la Autopista a Puebla.
Al llegar a la primera caseta, nos tocó lluvia, la lluvia se hizo intensa, muy intensa, hasta formarse charcos en la carretera. El avance fue por varios kilómetros a baja velocidad. Mas lluvia intensa al llegar a la segunda caseta, pasando ésta la lluvia, otra vez, fue muy intensa. Baja velocidad por el acumulamiento de agua sobre la carretera.
Pasamos Puebla, la tercera caseta en Amozoc, seguimos por la autopista, tomamos la desviación a Xalapa en Acatzingo. Atravesamos El Seco, Zacatepec, Zalayeta y Alchichica. Termina Puebla, principia Veracruz. Cruzamos por Totalco, cargamos gasolina, tomamos el libramiento y no entramos a Perote. La bajada es sinuosa, nos tocan solo algunas partes con niebla ligera. Llegamos a Banderilla y finalmente estamos en Xalapa. Estamos de regreso en casa a las nueve y veinte de la noche. Fin de este viaje.
Ayer a las tres y media de la tarde, salí del trabajo, cruce el Paseo de la Reforma por el pasaje subterráneo, en la estación Chapultepec abordé el Metro, hasta la estación Zapata. Luego en un microbús llegué a dos cuadras de donde vivo, caminé y subí mi equipaje al vehículo. Equipaje es una exageración, mi mochila con mi notebook, otros artículos para el viaje y abordamos. Salimos al Viaducto hasta Zaragoza y la Autopista a Puebla.
Al llegar a la primera caseta, nos tocó lluvia, la lluvia se hizo intensa, muy intensa, hasta formarse charcos en la carretera. El avance fue por varios kilómetros a baja velocidad. Mas lluvia intensa al llegar a la segunda caseta, pasando ésta la lluvia, otra vez, fue muy intensa. Baja velocidad por el acumulamiento de agua sobre la carretera.
Pasamos Puebla, la tercera caseta en Amozoc, seguimos por la autopista, tomamos la desviación a Xalapa en Acatzingo. Atravesamos El Seco, Zacatepec, Zalayeta y Alchichica. Termina Puebla, principia Veracruz. Cruzamos por Totalco, cargamos gasolina, tomamos el libramiento y no entramos a Perote. La bajada es sinuosa, nos tocan solo algunas partes con niebla ligera. Llegamos a Banderilla y finalmente estamos en Xalapa. Estamos de regreso en casa a las nueve y veinte de la noche. Fin de este viaje.
sábado, noviembre 05, 2005
Viaje a Xalapa
Salí ayer por la tarde del departamento donde vivo en la ciudad de México. Voy para la casa, a Xalapa. Vivo alternadamante en Xalapa y la ciudad de México.
Salgo por el Viaducto y tomo la avenida Ignacio Zaragoza. Al llegar a ésta, veo al fondo al Iztaccihuatl. Conforme vamos saliendo de la ciudad veo mas cerca el volcán, La mujer dormida. ?Que sonara cuando duerme?
Pasamos la primer caseta y empieza, ahora si la carretera. Vemos la cabellera de La mujer dormida muy cerca. Escuchamos música con salterio. Luego cambiamos por música de Juan Gabriel, solo la música, sin el canto.
Pasamos Puebla y se va obscurenciendo. Pasamos la caseta de Amozoc, luego la de Perote e inciamos el descenso. Curvas, muchas curvas. Por primera vez en mucho tiempo no encontramos niebla. Casi al llegar a Banderilla, los dos ultimos rebases. Entramos a Xalapa, la ciudad verde con un ligero chipi-chipi, llovizna fina. Llegamos a la casa. Fin de este viaje.
Salí ayer por la tarde del departamento donde vivo en la ciudad de México. Voy para la casa, a Xalapa. Vivo alternadamante en Xalapa y la ciudad de México.
Salgo por el Viaducto y tomo la avenida Ignacio Zaragoza. Al llegar a ésta, veo al fondo al Iztaccihuatl. Conforme vamos saliendo de la ciudad veo mas cerca el volcán, La mujer dormida. ?Que sonara cuando duerme?
Pasamos la primer caseta y empieza, ahora si la carretera. Vemos la cabellera de La mujer dormida muy cerca. Escuchamos música con salterio. Luego cambiamos por música de Juan Gabriel, solo la música, sin el canto.
Pasamos Puebla y se va obscurenciendo. Pasamos la caseta de Amozoc, luego la de Perote e inciamos el descenso. Curvas, muchas curvas. Por primera vez en mucho tiempo no encontramos niebla. Casi al llegar a Banderilla, los dos ultimos rebases. Entramos a Xalapa, la ciudad verde con un ligero chipi-chipi, llovizna fina. Llegamos a la casa. Fin de este viaje.
sábado, octubre 29, 2005
Conclusión de nuestra estancia en La Laguna
Después del riego matinal, leí un fragmento del capitulo escrito por Maria Amparo Casar en Gritos y susurros.
Después de desayunar en grupo. A las 8:30 de la mañana, reanudamos las actividades del trabajo. Hicimos un receso alternado para probar las gorditas. Terminamos nuestra sesión a las 4 de la tarde. Nos despedimos de nuestro anfitrión. Nos retiramos al hotel para recoger nuestras maletas y salir al aeropuerto.
Llegamos al aeropuerto. Esperamos y abordamos el avión que nos llevo a la ciudad de México de regreso a casa. Me dormí antes del despegue y abrí los ojos cuando ya estaban lo preparativos para el aterrizaje. Vi por la ventanilla la inmensa ciudad, primero las luces, los puntos dorados que se alternan con las filas de puntos de color claro del alumbrado publico, luego las avenidas que desaparecían rápidamente debajo del avión. Aterrizamos. Nos despedimos efusivamente. En el pasillo me encontré a Omar, quien regresaba de Veracruz a Guadalajara, después de un saludo efusivo nos despedimos. Mis compañeros se dirigieron a continuar su viaje, algunos en otro vuelo y otros en autobús.
Después de hacer fila durante cuarenta minutos, a las 9 de la noche, abordé un taxi y en el me convertí en uno mas de los millones de seres que habitan y transitan en la inmensa ciudad de México. Fin de este viaje.
Después del riego matinal, leí un fragmento del capitulo escrito por Maria Amparo Casar en Gritos y susurros.
Después de desayunar en grupo. A las 8:30 de la mañana, reanudamos las actividades del trabajo. Hicimos un receso alternado para probar las gorditas. Terminamos nuestra sesión a las 4 de la tarde. Nos despedimos de nuestro anfitrión. Nos retiramos al hotel para recoger nuestras maletas y salir al aeropuerto.
Llegamos al aeropuerto. Esperamos y abordamos el avión que nos llevo a la ciudad de México de regreso a casa. Me dormí antes del despegue y abrí los ojos cuando ya estaban lo preparativos para el aterrizaje. Vi por la ventanilla la inmensa ciudad, primero las luces, los puntos dorados que se alternan con las filas de puntos de color claro del alumbrado publico, luego las avenidas que desaparecían rápidamente debajo del avión. Aterrizamos. Nos despedimos efusivamente. En el pasillo me encontré a Omar, quien regresaba de Veracruz a Guadalajara, después de un saludo efusivo nos despedimos. Mis compañeros se dirigieron a continuar su viaje, algunos en otro vuelo y otros en autobús.
Después de hacer fila durante cuarenta minutos, a las 9 de la noche, abordé un taxi y en el me convertí en uno mas de los millones de seres que habitan y transitan en la inmensa ciudad de México. Fin de este viaje.
viernes, octubre 28, 2005
Otro día en Gómez Palacio
Despierto con el sonido del despertador del celular. Me doy el riego matinal. Leo el capitulo escrito por Guadalupe Loaeza en Brincos y Susurros. Salimos de la habitación y nos dirigimos al restaurante. Ya no llega Marco Polo, quien salió temprano al aeropuerto para regresar a Puebla.
Iniciamos la sesión de trabajo con un recuento de los avances y los pendientes. Toda la sesión se desarrollo con tranquilidad. A las 4 de la tarde nos fuimos a comer todo el equipo de trabajo, llego a acompañarnos mi amigo y colega Rogelio. Fue una comida ligera, acompañada de los comentarios sobre el trabajo. No pedí postre. Terminada la comida, regresamos al trabajo. Yo camine por el jardín del hotel con Rogelio, comentando nuestras preocupaciones sobre el desempeño de la empresa en que laboramos.
Terminamos la jornada de trabajo a las nueve y media de la noche. Salimos al hotel a dejar nuestras mochilas. Dejadas nuestras mochilas, salimos al cajero del banco que esta enfrente a proveernos de efectivo. Regresamos e hicimos una escala en el bar El Ganadero. Después de tres cervezas y muchos comentarios sobre experiencias y lecturas, concluimos y nos retiramos a dormir...
Despierto con el sonido del despertador del celular. Me doy el riego matinal. Leo el capitulo escrito por Guadalupe Loaeza en Brincos y Susurros. Salimos de la habitación y nos dirigimos al restaurante. Ya no llega Marco Polo, quien salió temprano al aeropuerto para regresar a Puebla.
Iniciamos la sesión de trabajo con un recuento de los avances y los pendientes. Toda la sesión se desarrollo con tranquilidad. A las 4 de la tarde nos fuimos a comer todo el equipo de trabajo, llego a acompañarnos mi amigo y colega Rogelio. Fue una comida ligera, acompañada de los comentarios sobre el trabajo. No pedí postre. Terminada la comida, regresamos al trabajo. Yo camine por el jardín del hotel con Rogelio, comentando nuestras preocupaciones sobre el desempeño de la empresa en que laboramos.
Terminamos la jornada de trabajo a las nueve y media de la noche. Salimos al hotel a dejar nuestras mochilas. Dejadas nuestras mochilas, salimos al cajero del banco que esta enfrente a proveernos de efectivo. Regresamos e hicimos una escala en el bar El Ganadero. Después de tres cervezas y muchos comentarios sobre experiencias y lecturas, concluimos y nos retiramos a dormir...
jueves, octubre 27, 2005
Seguimos en Gómez Palacio
Ayer, miércoles 26 de octubre, durante el desayuno en el hotel, se incorporo Eugenio, quien vino de Monterrey. Comentarios sobre la mesa relativos a los destrozos causados por el huracán Wilma en la Península de Yucatán. Terminado el desayuno nos trasladamos caminando al trabajo. Tenemos la ventaja para nuestros desplazamientos de tener la sede del trabajo en el edificio que esta cruzando la calle aledaña al hotel.
Una sesión de trabajo muy intensa durante toda la mañana. Se incorporo al equipo Gerardo, quien también viajo desde Monterrey.
En el receso nuevamente hay gorditas, las tortillas de harina de trigo con guisado en medio de sus dos películas. Por estar en una sala de trabajo alterna, no participo de la delicia de saborear gorditas. Eugenio de retira a Monterrey para atender sus compromisos allá. A las cuatro de la tarde salimos a comer, los compañeros que si saborearon las gorditas se abstienen. Vamos al restaurante Martin’s. Un buffet, del que prefiero las ensaladas y concluyo con doble postre.
Regresamos al trabajo. En un receso, salimos Beatriz, Laura y yo a proveernos de botellas de agua, ya que la dotación que teníamos se agotó a las 5 de la tarde. Al igual que el día anterior, nos dieron las 10 de la noche. Nos retiramos al hotel. La mayoría del equipo se va a descansar a sus habitaciones.
Roberto y yo nos dirigimos al restaurante del mismo hotel y pedimos cervezas. Las acompañamos de un club sándwich y en mi caso de un par de quesadillas chihuahueñas, estas con queso chilchota producido aquí, en Gómez. Se incorporan a la mesa Juan de Dios, Ubaldo, quien sigue callado, y Julio Cesar Antonio. Hacemos algo así como una terapia grupal para liberar el estrés. Después de tomarnos dos cervezas, nos retiramos a nuestras habitaciones.
Antes de dormirme, sigo la lectura de Gritos y susurros de Denise Dresser, concluyo el capitulo escrito por Jacqueline Peschard y me duermo…
Ayer, miércoles 26 de octubre, durante el desayuno en el hotel, se incorporo Eugenio, quien vino de Monterrey. Comentarios sobre la mesa relativos a los destrozos causados por el huracán Wilma en la Península de Yucatán. Terminado el desayuno nos trasladamos caminando al trabajo. Tenemos la ventaja para nuestros desplazamientos de tener la sede del trabajo en el edificio que esta cruzando la calle aledaña al hotel.
Una sesión de trabajo muy intensa durante toda la mañana. Se incorporo al equipo Gerardo, quien también viajo desde Monterrey.
En el receso nuevamente hay gorditas, las tortillas de harina de trigo con guisado en medio de sus dos películas. Por estar en una sala de trabajo alterna, no participo de la delicia de saborear gorditas. Eugenio de retira a Monterrey para atender sus compromisos allá. A las cuatro de la tarde salimos a comer, los compañeros que si saborearon las gorditas se abstienen. Vamos al restaurante Martin’s. Un buffet, del que prefiero las ensaladas y concluyo con doble postre.
Regresamos al trabajo. En un receso, salimos Beatriz, Laura y yo a proveernos de botellas de agua, ya que la dotación que teníamos se agotó a las 5 de la tarde. Al igual que el día anterior, nos dieron las 10 de la noche. Nos retiramos al hotel. La mayoría del equipo se va a descansar a sus habitaciones.
Roberto y yo nos dirigimos al restaurante del mismo hotel y pedimos cervezas. Las acompañamos de un club sándwich y en mi caso de un par de quesadillas chihuahueñas, estas con queso chilchota producido aquí, en Gómez. Se incorporan a la mesa Juan de Dios, Ubaldo, quien sigue callado, y Julio Cesar Antonio. Hacemos algo así como una terapia grupal para liberar el estrés. Después de tomarnos dos cervezas, nos retiramos a nuestras habitaciones.
Antes de dormirme, sigo la lectura de Gritos y susurros de Denise Dresser, concluyo el capitulo escrito por Jacqueline Peschard y me duermo…
miércoles, octubre 26, 2005
En Gómez Palacio y Torreón
Por la tarde de ayer seguimos trabajando intensamente. Como dice la canción se Joaquín Sabina, nos dieron las 6 y las 7 y las 8 y las 9 y las 10. A las 10 de la noche nos retiramos, la mayor parte del equipo al hotel, que está al lado de nuestro lugar de trabajo. Julio César y yo fuimos al aeropuerto a esperar a Marco Polo, quien viajo de Puebla y arribo puntual a las 10:50 P. M.
De regreso del aeropuerto y cómo sólo habíamos comido unas gorditas, pasamos a comernos unos tacos en Picante, una excelente taquería. Julio César, siempre esbelto, pidió sólo dos, de buche y Marco Polo dos de buche y otros dos de otro sabor. Yo ingerí opiparamente cuatro de costilla, acompanados de una cerveza modelo especial.
Salimos de la taquería y llegamos al hotel a la media noche. A dormir...
Por la tarde de ayer seguimos trabajando intensamente. Como dice la canción se Joaquín Sabina, nos dieron las 6 y las 7 y las 8 y las 9 y las 10. A las 10 de la noche nos retiramos, la mayor parte del equipo al hotel, que está al lado de nuestro lugar de trabajo. Julio César y yo fuimos al aeropuerto a esperar a Marco Polo, quien viajo de Puebla y arribo puntual a las 10:50 P. M.
De regreso del aeropuerto y cómo sólo habíamos comido unas gorditas, pasamos a comernos unos tacos en Picante, una excelente taquería. Julio César, siempre esbelto, pidió sólo dos, de buche y Marco Polo dos de buche y otros dos de otro sabor. Yo ingerí opiparamente cuatro de costilla, acompanados de una cerveza modelo especial.
Salimos de la taquería y llegamos al hotel a la media noche. A dormir...
martes, octubre 25, 2005
En Gómez Palacio
Desperté antes de que sonara el despertador del celular. Despues de un regaderazo, como dicen los jarochos un riego, salimos a desayunar a las 7:30. En el restaurante ya estaban Beatriz, Laura y Roberto, quienes llegaron desde la semana pasada desde Puebla, Guadalajara y la ciudad de México.
Nos saludamos efusivamente. Pasamos al bufet, y entre tanto se incorporaron al desayuno: Adrián, Juan de Dios, Ubaldo, Jair y Sergio, quienes viajaron desde: Xalapa, Monterrey, Guanajuato, Morelia y Mexicali, respectivamente. Tomamos un desayuno variado, jugo, fruta, chilaquiles, huevos divorciados. Yo rematé con una dona azucarada que me recuerda aquellas que disfrutaba en el recreo de la secundaria. Terminamos el desayuno y partimos al trabajo.
En el trabajo se incorporaron al medidía Francisco y Othoniel que viajaron desde Xalapa, vía Veracruz, y por la tarde Carlos, quien no pudo abordar el vuelo en Xalapa, por mal tiempo en el aeropuerto, tuvo que viajar a Veracruz para volar de allá a México y luego a Torreón.
A eso de las 14:00 hicimos un receso para comer unas gorditas. Estas son tortillas de harina de trigo con algun guizado en el interior, el guizado enmedio de las dos películas que forman la tortilla. Son deliciosas. Luego del receso continuamos con el trabajo.
Desperté antes de que sonara el despertador del celular. Despues de un regaderazo, como dicen los jarochos un riego, salimos a desayunar a las 7:30. En el restaurante ya estaban Beatriz, Laura y Roberto, quienes llegaron desde la semana pasada desde Puebla, Guadalajara y la ciudad de México.
Nos saludamos efusivamente. Pasamos al bufet, y entre tanto se incorporaron al desayuno: Adrián, Juan de Dios, Ubaldo, Jair y Sergio, quienes viajaron desde: Xalapa, Monterrey, Guanajuato, Morelia y Mexicali, respectivamente. Tomamos un desayuno variado, jugo, fruta, chilaquiles, huevos divorciados. Yo rematé con una dona azucarada que me recuerda aquellas que disfrutaba en el recreo de la secundaria. Terminamos el desayuno y partimos al trabajo.
En el trabajo se incorporaron al medidía Francisco y Othoniel que viajaron desde Xalapa, vía Veracruz, y por la tarde Carlos, quien no pudo abordar el vuelo en Xalapa, por mal tiempo en el aeropuerto, tuvo que viajar a Veracruz para volar de allá a México y luego a Torreón.
A eso de las 14:00 hicimos un receso para comer unas gorditas. Estas son tortillas de harina de trigo con algun guizado en el interior, el guizado enmedio de las dos películas que forman la tortilla. Son deliciosas. Luego del receso continuamos con el trabajo.
Viaje a La Laguna
La salida del trabajo en la ciudad de México fue el lunes 24 por la tarde casi al anochecer, en lugar de ir a casa, al aeropuerto. Llegada a la terminal aérea, documentar la maleta y esperar. Mientras esperé la salida del vuelo seguí leyendo el libro de Eliseo Alberto: Esther en alguna parte.
Al ser anunciada la sala de abordar, interrumpí mi lectura y me trasladé a esperar. En esta espera llegó mi companero Julio César Antonio que venía de Villahermosa. Conversamos temas del trabajo, entre ellos el más trascendente qué es la afectación en la Península de Yucatán por el huracán Wilma.
Abordamos el avión de Aeroméxico. Mientras esperamos para tomar pista sigo leyendo. Antes de despegar me quedo dormido y despierto cuando anuncian que en breve aterrizaremos en el aeropuerto de Torreón. Veo por la ventanilla una ciudad dorada. Es la primera vez que tengo esa impresión de esta ciudad, esta vista dorada por las luces del alumbrado, este alumbrado de vapor se sodio que hace que todo o casi todo se vea monocromático y desde el aire qué la ciudad se vea como de muchos puntos de oro, puntos en líneas rectas y sinuosas.
Aterrizamos, descendemos y esperamos por el equipaje. Al salir, nos esperan Adrián y Julio César, quien también acaba de aterrizar en un vuelo de Continental. Los cuatro abordamos el auto que maneja Julio César, mismo que Adrián llevó al aeropuerto para esperarnos. Llegamos al hotel Villa Jardín en Gómez Palacio. Nos registramos y nos instalamos. Comparto la habitación con Julio César Antonio. El enciende el televisor, pasan las escenas del desastre causado por el huracán.
Leo, ahora Gritos y susurros de Denise Dresser. Leo sobre la experiencia de Jaqueline Peschard como Consejera Ciudadana del Instituto Federal Electoral. Me duermo. Manana continuará el trabajo...
La salida del trabajo en la ciudad de México fue el lunes 24 por la tarde casi al anochecer, en lugar de ir a casa, al aeropuerto. Llegada a la terminal aérea, documentar la maleta y esperar. Mientras esperé la salida del vuelo seguí leyendo el libro de Eliseo Alberto: Esther en alguna parte.
Al ser anunciada la sala de abordar, interrumpí mi lectura y me trasladé a esperar. En esta espera llegó mi companero Julio César Antonio que venía de Villahermosa. Conversamos temas del trabajo, entre ellos el más trascendente qué es la afectación en la Península de Yucatán por el huracán Wilma.
Abordamos el avión de Aeroméxico. Mientras esperamos para tomar pista sigo leyendo. Antes de despegar me quedo dormido y despierto cuando anuncian que en breve aterrizaremos en el aeropuerto de Torreón. Veo por la ventanilla una ciudad dorada. Es la primera vez que tengo esa impresión de esta ciudad, esta vista dorada por las luces del alumbrado, este alumbrado de vapor se sodio que hace que todo o casi todo se vea monocromático y desde el aire qué la ciudad se vea como de muchos puntos de oro, puntos en líneas rectas y sinuosas.
Aterrizamos, descendemos y esperamos por el equipaje. Al salir, nos esperan Adrián y Julio César, quien también acaba de aterrizar en un vuelo de Continental. Los cuatro abordamos el auto que maneja Julio César, mismo que Adrián llevó al aeropuerto para esperarnos. Llegamos al hotel Villa Jardín en Gómez Palacio. Nos registramos y nos instalamos. Comparto la habitación con Julio César Antonio. El enciende el televisor, pasan las escenas del desastre causado por el huracán.
Leo, ahora Gritos y susurros de Denise Dresser. Leo sobre la experiencia de Jaqueline Peschard como Consejera Ciudadana del Instituto Federal Electoral. Me duermo. Manana continuará el trabajo...
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