sábado, octubre 29, 2005

Conclusión de nuestra estancia en La Laguna

Después del riego matinal, leí un fragmento del capitulo escrito por Maria Amparo Casar en Gritos y susurros.

Después de desayunar en grupo. A las 8:30 de la mañana, reanudamos las actividades del trabajo. Hicimos un receso alternado para probar las gorditas. Terminamos nuestra sesión a las 4 de la tarde. Nos despedimos de nuestro anfitrión. Nos retiramos al hotel para recoger nuestras maletas y salir al aeropuerto.

Llegamos al aeropuerto. Esperamos y abordamos el avión que nos llevo a la ciudad de México de regreso a casa. Me dormí antes del despegue y abrí los ojos cuando ya estaban lo preparativos para el aterrizaje. Vi por la ventanilla la inmensa ciudad, primero las luces, los puntos dorados que se alternan con las filas de puntos de color claro del alumbrado publico, luego las avenidas que desaparecían rápidamente debajo del avión. Aterrizamos. Nos despedimos efusivamente. En el pasillo me encontré a Omar, quien regresaba de Veracruz a Guadalajara, después de un saludo efusivo nos despedimos. Mis compañeros se dirigieron a continuar su viaje, algunos en otro vuelo y otros en autobús.

Después de hacer fila durante cuarenta minutos, a las 9 de la noche, abordé un taxi y en el me convertí en uno mas de los millones de seres que habitan y transitan en la inmensa ciudad de México. Fin de este viaje.

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