lunes, febrero 06, 2006


El novenario de Vicente

En la noche del sábado vamos a la ceremonia de Levantamiento de la Cruz, a los nueve días del fallecimiento de Vicente en la que fuera su casa.

En el salón principal de la casa esta dispuesto un tapete, sobre el piso, con la imagen de Jesucristo, el Padre y el Espíritu Santo. Esta obra de arte sacro y efímera luce enmarcada con pequeñas veladoras, su manufactura es con arena y aserrín coloreado.

La ceremonia transcurre entre rezos y cantos: …Señor, me haz mirado a los ojos, haz dicho mi nombre. En la arena he dejado mi barca, junto a ti buscaré otro mar… El tapete es desecho, juntando en su centro los materiales que lo componen. Con el mismo material es construida, por los padrinos y madrinas, una Cruz. Esta Cruz es seccionada en cinco partes: Cabeza, brazos izquierdo y derecho, corazón y pies. Cada sección es retirada y depositada la arena y aserrín que la constituyen en un recipiente. Los recipientes son colocados en el mismo sitio que ocupo el tapete formando con ellos una cruz y se les rocía por los familiares y amigos con agua bendita. Así permanecen hasta el amanecer.

A las siete de la mañana de hoy, entramos a la iglesia. Los padrinos y madrinas de la Cruz llevan ésta. Escuchamos la misa.

Después de terminar la misa nos dirigimos al panteón. Llegamos hasta el sitio donde esta la tumba de Vicente. Sobre la tierra que la cubre son abiertos dos canales en forma de Cruz, en estos se depositan los contenido de los recipientes levantados durante la noche, que formada nuevamente la Cruz. Se cubre de tierra. Se colocan flores blancas. Un guitarrista entona una canción que recuerda la valía del padre, del hombre que yace enterrado. Se canta Dios nunca muere: Muere el Sol en los montes, con la luz que agoniza, pues la vida en su prisa nos conduce a morir…voy a dejar la tierra ideal que me vio nacer… sólo me queda el consuelo que Dios nunca morirá…

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