Regresé de Florida el jueves de la semana pasada. El viernes por la mañana viajé a Orizaba. Vi árboles arrasados por el huracán Dean. De Orizaba fuí hacia el norte. La llamada borgoña veracruzana muestra la fuerte huella del ciclón, plantíos de platano arrasados. En Tecolutla, algunas palmeras caídas.
En los pequeños pueblos de la costa veracruzana vi casas destechadas por la fuerza de los vientos. Indigenas totonacos trasladando laminas para reponer su techos en la cercanías de Gutierrez Zamora. En los pueblos de la sierra norte de Puebla los sembradíos de maíz fueron arrasados, el viento no dejó milpas de pie. Se perdieron las cosechas de maíz y otros cereales.
De Teziutlán a Martínez de la Torre, esperé en la carretera. mientras retiraban un árbol derribado por las fuertes lluvias que siguieron al huracán. Conocí nuevos paisajes de la Sierra Madre Oriental, bajo la lluvia y la niebla. Conversé brevemente con Pedro, un niño del barrio de Buenavista del pueblo de Hueyapan en la sierra poblana, en su carencia sonreía junto con otros niños, damnificados como él. Tuve un trabajo intenso. Regresé ayer.
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2 comentarios:
¡Vaya! Lo explicas muy bien con las fotos (son muy buenas)...
Espero una pronta recuperación de todos.
Un abrazo
El huracán Dean hizo mucho daño en nuestro País, y lo que pasó en Coahuila fue muy triste, pobres familias, me imagino que han de estar de un luto enorme, qué catastrofe...
Lindas fotos, gracias
Saludos
Martha
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