
Ya llena nuestra vista de agua, comimos. Saboreé un pescado delicioso -mahi-mahi-. Al terminar la comida, se nos acercó un paisano y nos preguntó si eramos católicos, no fue la respuesta. Nos dijo que en unos ladrillos el veía a la Virgen. Alguien fue a testificar el hallazgo. Luego la entrevista. De dónde es. De México, de Puebla, de Matamoros, de Izucar de Matamoros. Yo soy el que preparo aquí todos los platilos. El pescado está excelente, no lo había probado, una delicia. Vuelvan cuando gusten, por aquí casi no vienen mexicanos. Llevo en este país 31 años, más de veinte preparando platillos, tuve un pequeño restaurante y no funcionó, así es este negocio. Ya será. Hasta luego, nos dio gusto conocerlo. Así nos despedimos de Gumaro Garita, nuestro paisano y excelente chef.

Luego, un paseo por el río en un taxi acuatico. Nos fuimos de Jacksonville, a seguir el viaje.

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