La veladoras iluminan cada uno de los nichos del Panteón. Algunas catrinas se pasean entre los cientos de deudos y visitantes que ven las tumbas y los altares. La muerte está presente. Panes, chocolate, frutas, mole y mezcal esperan en los altares la llegada de los difuntos.
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Muere el sol en los montes
Con la luz que agoniza
Pues la vida en su prisa
Nos conduce a morir
Pero no importa saber
Que voy a tener el mismo final
Porque me queda el consuelo
Que Dios nunca morirá
Voy a dejar las cosas que amé
La tierra ideal que me vió nacer
Sé que después habré de gozar
La dicha y la paz
Que en Dios hallaré
Sé que la vida empieza
En donde se piensa
Que la realizada termina
Sé que Dios nunca muere
Y que se conmueve
Del que busca su beatitud
Sé que una nueva luz
Habrá de alcanzar nuestra soledad
Y que todo aquel que llega a morir
Empieza a vivir una eternidad
Muere el sol en los montes
Con la luz que agoniza
Pues la vida en su prisa
Nos conduce a morir
1 comentario:
ESPECTACULAR COMO SIEMPRE ELEONAI!
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