Conocí hace varios lustros, es un decir, el barrio chino de la ciudad de México en la literatura. Leí El complot mongol de Rafael Bernal. Él me hizo recorrer las calles de López y Dolores, perpendiculares a la avenida Juárez. Ayer, después de recorrer calles céntricas de la inmensa metrópoli llegamos al barrio chino. Rojas las formas con símbolos negros. Al fondo el edificio que fue emblema de la ciudad a medidos del siglo XX. Y seguimos caminando.
Un dragón suspendido |
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