
Luego, el regreso. De pronto, tuvimos a la vista un gran arcoíris que cubría todo el valle de Perote. Mas tarde: lluvia y niebla.

Comimos cuando ya era de noche en Perote. Que delicia o que hambre, la primera para satisfacer la segunda. Más noche y entre la niebla volvimos a Xalapa.
3 comentarios:
Eleonaí, si la comida estuvo como el paisaje que nos presentas debió ser un agasajo gastronómico...
Saludos
Magníficas fotografías...Eleonaí: que afortunado eres, de verdad =)
Saludos
ahh!!! y provechito!!
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