sábado, febrero 25, 2006



Huatulqueñas
Ayer en nuestra jornada de trabajo, que inició a las ocho de la mañana, tuvimos un receso antes del medio día.

En el receso conversé con las hermosas huatulqueñas que nos recibieron el pasado miércoles en la sala de trabajo, ataviadas con el traje regional de la costa de Oaxaca. Ellas son Dulce, Dafne, Edna y Magdalena.




De lo breve que hablamos fueron de libros con derivación en la poesía, a Dafne, que estudia Relaciones Internacionales en la Universidad del Mar, le gusta y escribe poemas y canciones y canta en una Peña en La Crucecita. A Edna le gusta la pintura, especialmente se identifica con la pintora Frida Kahlo. Dulce, quien tiene unos preciosos ojos verdes y luce un hermoso huipil chinanteco que se complementa con una piña, ha trabajado en empresas dedicadas al diseño gráfico y la publicidad. Magdalena, la líder, se dedica a la promoción de la ropa hecha artesanalmente.



Después de terminar la jornada de trabajo, fuimos a comer. Invitamos a las chicas huatulqueñas. Comimos en el pequeño restaurante de mariscos El Pata, junto a éste encontramos un tienda de frutas –Manjar de dioses, dice un letrero colgado al igual que las frutas-.



Después de la exquisita comida, caminamos a conocer la peña donde a veces canta Dafne y donde Edna exhibe sus pinturas. Ahí está un óleo con Frida Kahlo, la pitora autorretratada, le tomo un retrato.

Seguimos la caminata. Mis amigos compraron Mezcal –bebida de agave, mejor que el tequila-. Vistamos la iglesia que está frente al parque y a la salida nos despedimos de nuestras anfitrionas y quizá amigas huatulqueñas.

Regresamos al hotel, de ahí al aeropuerto. Cuando ya era de noche dejamos los cielos del sur – pacífico. Al llegar a la ciudad de México tuve la sensación de llegar a un gran, inmenso, lago de luces. Aterrizamos en medio del lago de luces…

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